En los postreros días de 1832 nos encontramos con un hecho extremadamente significativo, fruto quizá de esa desesperanza que va corroyendo sus días: Leopardi escribe la última página de su diario, el Zibaldone. En esta página, obsesivamente, vuelve a aparecer la palabra nada: "Hay dos verdades en las que los hombres no creerán nunca: una es el no saber nada; la otra es no ser nada. Añadamos una tercera que depende mucho de la segunda: no tener nada que esperar después de la muerte". Son duras y lúcidas estas verdades últimas. En realidad, las palabras que cierran su Diario el día 4 de diciembre de 1832 son las siguientes: "Lo más inesperado que acaece a quien participa de la vida social, y muy frecuentemente al que envejece, es encontrarse con un mundo tal como le fue descrito y tal como él ya lo conoce y lo cree en teoría. El hombre queda atónito al ver verificada en sí mismo la regla general".
Antonio Colinas
(Hacia el infinito naufragio)
Giacomo Leopardi Fotografia: Italy Poets |
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